martes, 9 de julio de 2019

CIRQUE DU SOLEIL CON “OVO”:BRINDA UN SHOW IMPERDIBLE SOBRE LA VIDA DE LOS INSECTOS


    Durante el pasado mes de junio ocurrió en Tecnópolis un suceso fenomenal; más de 50 artistas de distintos países se pusieron en la piel de insectos, y deleitaron al público con sus bailes, piruetas, acrobacias, canto y música.



   Entre risas y melodías, contaron la historia de una colonia de insectos, y lo ocurrido cuando llega un nuevo integrante, cargando un misterioso huevo (“ovo”).

  Luego de la introducción con la llegada de la misteriosa mosca a la colonia, un grupo de seis hormigas rojas nos deleitan con una exhibición perfecta y coordinada de malabares de pies, con piezas que aparentan ser trozos de kiwi. 

   Después, vemos a la libélula balanceándose en un soporte giratorio; para  continuar con el momento de las mariposas.  Al comienzo, vemos en lo alto a una de ellas intentando salir de su capullo, y segue, un dueto de mujer y hombre, que se balancean en el aire gracias a las telas que los soportan.


    Otros de los momentos destacados a lo largo de la historia, es el de los escarabajos trapecistas, que en tres distintos soportes que cuelgan del cielo, hacen volar a las artistas femeninas, quienes viajan de un soporte a otro, para ser atrapadas por los tres hombres que se mantienen en cada uno. Éste acto genera una increíble sensación de vértigo  y adrenalina al espectador, que  sin duda lo disfruta con facilidad.

    Un poco más tarde, después del intervalo de veinte minutos, nos encontramos con la araña contorsionista, que vestida de blanco, en contraste con el fondo, nos regala distintas posiciones flexibles y artísticas. Otra araña, a continuación, se balancea en una soga, incluso anda con un monociclo sobre la misma, utilizando sus manos para transportarse. Éste acto es el segundo más aplaudido por la audiencia.

    El último acto es con el que nos deleitan los grillos, quienes utilizando dos enormes trampolines sobre escenario y una pared para escalar; saltan de un lado al otro, se elevan en el aire, hacen piruetas y saltos que rememoran aquellos que se ven en los juegos olímpicos. Se dejan caer de espaldas al trampolín, y el salto los devuelve nuevamente a la pared, donde se sujetan, y vuelven a empezar. Al finalizar este momento, la audiencia aplaudió más que en ningún otro, ya que el despliegue es fascinante a la vista, teniendo en cuenta que hay al menos diez grillos en el escenario, algo que no sucede en ningún otro acto, y las acrobacias que realizan son sin duda excepcionales.

    De tanto en tanto, mientras la escenografía se pone en orden y los artistas se preparan, hay un trío de personajes (la mosca, una vaquita de San Antonio, y un escarabajo), los protagonistas, que en distintos momentos pasan a escena y provocan risas en el público. La mosca, torpemente deslumbrada por la vaquita de San Antonio, busca enamorarla y se encuentra con que no es una tarea fácil. Estos tres personajes son también quienes, en dos ocasiones, involucran al público, haciendo subir al escenario a un participante, y le brindan el aspecto cómico a la alegre historia.
 
    Además, existen siete cucarachas que cantan y tocan instrumentos en vivo en distintos momentos; incluso haciendo referencia en un momento a la famosa melodía de “La Cucaracha”.

    Tanto la música como la danza, dejan en evidencia que sus creadores son brasileños, ya que podemos reconocer ritmos que rememoran a las clásicas melodías cariocas. Sin embargo, no es lo único, ya que se presenta a lo largo de la obra una atmósfera llena de colores vibrantes y alegres.

    En el cierre, se presentan todos los artistas en el escenario, y entre aplausos, papeles de colores, saludos y una festiva música, se despiden de la audiencia, que satisfecha se retira del recinto.

    Éste show, creado en el año 2009 por Deborah Colker, ya ha recorrido decenas de países, y ésta vez la suerte es nuestra. Si bien la última función en Buenos Aires era el día 30 de junio, gracias al éxito rotundo que tuvo, se agregaron nuevas funciones, desde el 17 al 20 de julio, también en Tecnópolis, para que nadie se pierda la oportunidad de disfrutarlo.

Cobertura periodística realizada por Huilén Messina, estudiante de 2° año de Comunicación Social.

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