domingo, 20 de septiembre de 2015

"EL CLAN" UNA PELÍCULA DE FUERTE IMPACTO EMOCIONAL

    La película con guión y dirección de Pablo Trapero es una coproducción hispano argentina con fotografía de Julián Apezteguía y música de Sebastián Escofet basada en una historia real de un caso policial que sucedió en el barrio de San Isidro.

    El Clan Puccio era una familia que durante los años 80 – en pleno inicio del radicalismo y del retorno a la democracia- realizaban secuestros de personas de la alta sociedad y las retenían en su propio domicilio siendo todos los integrantes cómplices de los hechos, lo que lo hace más escalofriante aún.   Luego pedían costosos rescates, que  a pesar de ser cobrados, no garantizaban que las víctimas salieran con vida, dada que las mismas eran asesinadas a sangre fría.

    Arquímedes Puccio, interpretado por Guillermo Francella, fue un contador público que trabajó en el Ministerio de Relaciones Exteriores.

     El clan que el lideraba estaba integrado por dos de sus hijos Alejandro Puccio (Peter Lanzani) quien era estrella de Rugby en el equipo de Los Pumas y Daniel, alias “Maguila” (Gastón Cocchiarale) ex jugador de Rugby , el militar retirado Rodolfo Franco y sus amigos Guillermo Fernandez Laborde y Roberto Oscar Diaz.

       Relata los secuestros de Ricardo Manoukian un joven rugbier de 24 años, del Club Pueyrredón y conocido de Alejandro, secuestrado el 22 de julio de 1982 y asesinado a balazos nueve días después, a pesar de que la familia de la víctima pagó 250.000 dólares de rescate,  Eduardo Aulet  de 25 años, ingeniero y jugador del San Isidro Club (SIC), a quien capturaron el 5 de mayo de 1983 y asesinaron apenas cobraron los 100.000 dólares pagados para liberarlo, aunque su cuerpo recién fue hallado cuatro años después,  Emilio Naum  de 38 años propietario de firma de ropa Mac Taylor y que conocía a Arquímedes, fue asesinado de un balazo en el pecho cuando se resistió a que el clan lo secuestrara. 

     Por último y quien pondría fin a los secuestros  fue Nélida Bollini de Prado (58), una empresaria secuestrada,  por la que la familia Puccio cae presa después de haberla mantenido cautiva 32 días, sin obtener el rescate deseado.


    Es para destacar la intención de Trapero en no centrarse solamente en las víctimas ni en los crímenes, sino en el interior de la familia Puccio para conocer al frío y calculador Arquímedes, su vida diaria, el trato con su esposa (Lili Popovich) e hijas (Giselle Motta y Antonia Bengoechea), aunque la relación de mayor intensidad se da con sus hijos varones Guillermo (el joven Franco Masini), “Maguila”, el hijo pródigo que regresa para ser la mano derecha de su padre, y sobre todo Alejandro, su hijo mayor, quien en un momento cercado por sus dilemas morales sobre si es correcto o no participar de estos hechos, decide separarse del negocio familiar para tener una vida más tranquila junto a su novia, lo que genera la furia de su padre.
                                  

     De esta forma Trapero genera la atención del espectador desde el principio de la película con diferentes fragmentaciones y saltos temporales manteniendo un equilibrio entre la vida familiar y el oscuro negocio que la envuelve, logrando de esta forma una película de alto impacto emocional, donde se entrecruzan diferentes tipos de relatos desde historias de amor, venganza, traiciones,  furia y desengaños, dando como resultado un film que es digno de admirar para un amante del cine argentino.

Cobertura periodística realizada por Magdalena Ramírez, alumna de 2° Año de Comunicación Social

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